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Momentos de Amor Matrimonial del Profeta Muhammad & Aishah

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7200 2013/11/28 2024/03/28
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Momentos de Amor Matrimonial del Profeta Muhammad & Aishah


Todos tenemos una cierta imagen de los amantes, un par de amantes y el amor a primera vista, vivir felices para siempre...

 

Normalmente asociamos estas ideas del amor con parejas que se conocen, salen y se enamoran perdidamente. Muy raramente relacionamos estas imágenes con las parejas casadas.

 

 

Por otra parte, casi nunca conectamos esta percepción con parejas musulmanas, que se casan según costumbres puramente Islámicas. Aunque este enlace es bastante raro, en realidad existe un ejemplo en la historia del Islam, que no sólo representa a esta clase de amor sino que va mucho más allá de él.

 

 

Este es el puro amor matrimonial entre el Profeta Muhammad (paz y bendiciones sean con él) y su amada señora Aishah.

 

Los dos se reunieron en circunstancias que son un marcado contraste con la historia de amor convencional de hoy. Él era un devoto Mensajero de Allah (paz y bendiciones sean con él), embarcándose en el tercer año de la profecía. Y ella era la hija de su mejor amigo y compañero, Abu Bakr.

 

 

La infusión del romance

 

Los primeros años de su matrimonio empezaron inocentemente. Aunque Aishah era una novia joven, ella estaba en la edad para contraer matrimonio estándar que la cultura árabe aprobaba y alentaba en aquel momento.



La evidencia es que Aishah ya había estado comprometida con otro hombre antes de su compromiso con el Profeta (paz y bendiciones sean con él).

 

Aunque Aishah estaba lista para la vida del matrimonio, el Profeta prefirió  otorgar un apoyo extra en su transición a la vida como una mujer casada. Ella llevó a cabo muchas alegrías de la infancia y por suerte para ella, tenía un esposo suave y bondadoso que entendía esto.

 

 

En lugar de lanzar todas las responsabilidades de esposo en ella de una vez, el Profeta hizo del matrimonio y sus funciones un proceso gradual para Aishah y aseguró que hiciera una transición sin problemas a su nueva vida. La naturaleza compasiva con la cual nutrió a Aishah en sus primeros años como esposa hizo un tremendo impacto en la mujer fuerte que ella pasó a ser.

 

 

Como el llamado "periodo de luna de miel" entre la pareja llegó a su fin, muchos retos y momentos difíciles comenzaron a surgir. En medio de todo el caos, esta pareja bendecida aún se tomó el tiempo para la simple diversión y la risa.

 

Aishah recuerda con cariño las memorias de carreras con el Profeta y hasta ganar la carrera cuando ella era joven y estaba en forma (Ibn Al Jawzy 68).

 

 

Disfrutaron de estas carreras tanto que la pareja incluso corrió a la batalla de Badr que fue una de las batallas más importantes de la historia islámica.

 

 

El romance en este matrimonio no fue limitado a sólo diversión y juegos. Mientras continuaba su matrimonio, la intimidad esta, en última instancia, entrelazada en sus asuntos diarios.

Se sentaban y comían juntos y Aishah tomaba un sorbo y entonces el Profeta lo haría desde el mismo punto tocado por sus labios.

 

Ella tenía carne o pollo, y luego él comía del mismo lugar que ella había comido. Esto es sólo una de las muchas maneras en que se infundió el romance y el afecto; en incluso con el más simple de los actos. Estos pequeños gestos demuestran que en este matrimonio, el romance no era un superficial ramo de rosas. Por el contrario, era natural y existió en su vida cotidiana.

El amor tiene varias expresiones. Sin embargo, es conocido por todos, que para una mujer, nada expresa el amor como las palabras que un hombre simplemente dice de su corazón.

 

 

El Profeta (paz y bendiciones sean con él) siempre expresaba su amor por Aishah y esto es evidente en múltiples tradiciones (hadith) en que se declara públicamente que Aisha es el ser más querido para él.

 

 

Tan profundo amor tenía por su esposa que se refirió a ella como una mujer con las cualidades completas de una mujer creyente. Esto es una clara señal de la clase de respeto que tenía por su esposa.

 

 

Ello fue posible porque en realidad puso el tiempo y el esfuerzo para conocer y entender a su esposa lo suficiente para recomendarla como un ejemplo a seguir para otras mujeres.

 

 

Estudiante brillante y gran maestro

 

Una dimensión crucial en su ecuación fue la relación estudiante-maestro que compartieron. La naturaleza entusiasta y curiosa de Aishah la hizo uno de los primeros estudiantes del Profeta (paz y bendiciones sean con él).

 

 

Enviado como profesor a la humanidad, el Profeta (paz y bendiciones sean con él) implementó este papel más eficazmente en su propia casa. Las virtudes islámicas y modo de vida que Aishah aprendió y llevó a cabo, fueron esencialmente a través de ver al Profeta y de observar profundamente su comportamiento y gestos.

 

Él orientó por medio del ejemplo y su amada esposa testifica esto al afirmar que los modales del Profeta (paz y bendiciones sean con él) fueron un ejemplo vivo del Corán. (Tirmidhi)

 

Lejos de ser sumisa y oprimida, Aishah era una mujer de tal sustancia que nunca tuvo miedo de defender la verdad y la justicia — si eso significaba defenderse  a ella misma o a su amado esposo. Participó en las batallas cuando ella era capaz de hacerlo y cualquier rol con el que podía apoyar al Profeta (paz y bendiciones sean con él) en sus emprendimientos.

 

 

Sobrevivir a las dificultades

 

Su cualidad de estar contenta sin importar las circunstancias le ayudó a superar muchos retos que enfrentó siendo la esposa del Profeta (paz y bendiciones sean con él).



Hubo un tiempo en la casa del Profeta, cuando no tenían fuego ni comida para cocinar y simplemente vivían de dátiles  y el agua. Sin embargo, Aishah atravesó esta penuria y mostró la marca de una verdadera compañera — una que podía ofrecer apoyo constante incluso en las circunstancias más difíciles.

 

Una mujer verdaderamente dinámica, dotada de las cualidades de virtud, inteligencia y posesividad incluso sobre su marido — había algo absolutamente distinto en Aishah que atrajo al Profeta (paz y bendiciones sean con él) muy cerca de ella.

 

 

Ella transmitió el legado de su marido

 

El Profeta (paz y bendiciones sean con él) y su amada se conectan como almas gemelas,  pues recibió revelaciones divinas a menudo cuando estaba con ella. El hecho de que Allah bendijo y ordenó este matrimonio, es evidente que el Profeta confesó a Aishah que antes de casarse con ella, la vio dos veces en sus sueños.

Ambas veces, el ángel Gabriel llevaba con él un paño de seda y le dijo que Aishah sería su esposa en este mundo y en el más allá (al-Bujari). Su compañía bendita llegó a un final pacífico después de nueve años, cuando el Profeta dio su último suspiro en brazos de Aishah.

 

 

El fallecimiento del Profeta (paz y bendiciones sean con él) pudo haber terminado su compañía en este mundo, sin embargo, no puso fin a su misión ni terminó con el papel de Aishah para transmitir el mensaje de su amado.

 

Fue después de la desaparición del Profeta (paz y bendiciones sean con él) que uno puede ver realmente el propósito divino detrás de este matrimonio. Porque ella pasó los años más formativos de su vida con el Profeta, fue capaz de aprender y absorber todas sus enseñanzas.

 

 

Esto se convirtió en un enorme activo después de que el Mensajero falleció y sólo fue posible debido a la edad de Aisha. Tras su fallecimiento, la juventud de Aishah le dio la capacidad de continuar predicando el mensaje del Islam durante los muchos años que vivió después de eso.

 

 

Muchos compañeros del Profeta (paz y bendiciones sean con él) y nuevos seguidores del Islam recurrían a Aishah para pedir asesoramiento sobre diversos asuntos islámicos. Su contribución al relatar numerosos dichos del Profeta y proporcionar aclaraciones sobre cuestiones relacionadas con la fe, pronto le catapultó a la condición de un prominente erudito islámico.

 

 

El papel de Aishah en este matrimonio era uno que Allah había destinado con el fin de asegurar que las enseñanzas del Islam fueran transmitidas con éxito a las generaciones venideras, incluso después de la muerte del Profeta (paz y bendiciones sean con él).

 

La historia de amor entre el Profeta Muhammad (paz y bendiciones sean con él) y la señora Aishah puede no ser de lo épicos romances inventados, pero sin duda proporciona una percepción más realista de cómo el verdadero amor puede encontrarse dentro de un matrimonio.

 

 

El único propósito del matrimonio en el Islam es satisfacer la necesidad de un individuo para el verdadero amor y compañerismo. El Islam destaca y alienta este cumplimiento pero sólo dentro del vínculo del matrimonio.

 

 

El matrimonio del Profeta (paz y bendiciones sean con él) con Aishah demuestra que la intimidad y el romance no están necesariamente limitados a parejas jóvenes que se dan cita. Esta bendita pareja ejemplificó que el verdadero amor y compañerismo que todos buscamos, es enteramente posible dentro del matrimonio y por otra parte, en el modo de vida islámico.

 

Hoy en día, esto es un matrimonio que muchos pueden elegir para calumniar o humillar. Todavía uno necesita echar un vistazo a las pruebas que el Profeta Muhammad (paz y bendiciones sean con él) y la señora Aishah dejaron, en forma de numerosos dichos/hadices que relacionados, dan un testimonio tan contundente del amor y la intimidad que compartían.

 

 

Las más famosas historias de amor en este mundo son aquellas que fueron producto de la imaginación. Sin embargo este es un amor que existió realmente. Fue un amor creado y destinado por el mismo Dios.

 

 

 

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