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Sociedad

Under category : El Mensaje del Islam
692 2019/02/18 2024/03/28

El Islam ha introducido leyes sociales y ha establecido derechos y deberes para cada individuo que aseguran la estabilidad de la sociedad. Algunos de estos derechos son específicos, mientras otros son generales. Entre los derechos específicos están:

Los Derechos del Pueblo

Estos derechos pueden resumirse en cinco fundamentos generales:

1 – Justicia. Esto se logra dando a cada quien lo que le corresponde. Al gobernante se le requiere ser justo, proteger los derechos de los demás, cumplir con sus deberes, distribuir responsabilidades, implementar normas y tomar decisiones. Todos deben ser iguales para él, ningún grupo o individuo debe ser arbitrariamente favorecido sobre otro. El Profeta r dijo:

“Ciertamente, el más amado para Dios y el más cercano a Él en el Día de la Retribución, será el gobernante justo. Y ciertamente la persona más detestable en el Día de la Resurrección y el que recibirá el castigo más severo, será el tirano” (at-Tirmidhi).


2 – El pueblo tiene derecho a no ser oprimido, engañado, ni ser traicionado por el gobernante. El Profeta r dijo:

“Si a un servidor se le da responsabilidad sobre otra gente y muere habiéndolos traicionado, Dios le prohibirá el Paraíso” (Muslim).

3 – El pueblo tiene derecho a ser consultado en todos los asuntos pertinentes a sus intereses económicos, sociales y políticos[1]. Tienen derecho a expresar sus puntos de vista, y el gobernante debe aceptarlos si ellos demuestran que es lo mejor para el bienestar público. Dios dijo:

“Por misericordia de Dios eres compasivo con ellos. Si hubieras sido rudo y duro de corazón se habrían alejado de ti; perdónales, pide perdón por ellos y consúltales en las decisiones. Pero cuando hayas tomado una decisión encomiéndate a Dios. Dios ama a quienes se encomiendan a Él” (Corán 3:159).


El Mensajero de Dios r acampó lejos de los pozos de agua antes de la Batalla de Bádr, y uno de sus compañeros (al-Hubab ibn al-Mundhir) le preguntó: “¿Dios te ha inspirado escoger este lugar, o es una estrategia de guerra?”. El Profeta respondió: “Es una estrategia de guerra”. Entonces, al-Hubab le dijo al Profeta: “Mejor acampemos del otro lado de las fuentes de agua, para evitar que el enemigo tenga acceso al agua”. Entonces el Profeta r tomó su consejo.


4 – El pueblo tiene derecho a que las leyes que promulgue el gobernante estén de acuerdo a la ley islámica. El gobernante no tiene derecho a establecer leyes acorde a su deseo o capricho personal.


5 – El pueblo tiene derecho a que su gobernante sea siempre accesible y que no se encierre detrás de puertas de seguridad y palacios; a no ser menospreciados y a que no designe a intermediarios entre él y el público, que dificulten hablar con él o que filtren el acceso del público al gobernante.


El Profeta dijo:

“A quien se le de responsabilidad sobre algún asunto de los musulmanes y se aparte de ellos cuando están en su momento de mayor necesidad, Dios se apartará de él cuando él esté en su momento de mayor necesidad en el Día de la Resurrección” (Abu Dawud).


6 – El pueblo tiene derecho a que su gobernante sea clemente y tolerante con ellos y que no los sobrecargue con tareas superiores a sus fuerzas ni restrinja su manera de vivir. El Profeta dijo:

“Oh Dios, a quien asuma alguna autoridad sobre mi nación y les haga las cosas difíciles, hazle a él las cosas difíciles; y a quien asuma alguna autoridad sobre mi nación y sea gentil con ellos, sé gentil con él” (Muslim).


‘Umar ibn al-Jattáb y explicó la importancia de este tópico cuando dijo:

“Por Dios, que si una mula se cae en Iraq, yo temería que Dios me fuera a interrogar por qué no hice alisar el camino para ella”.


El gobernante musulmán debe ser como Hásan al-Basrí describió en una carta que le envió a ‘Umar ibn Abdel ‘Azíz, en la cual le dijo:

“¡Oh, Líder de los Creyentes! Sabe que Dios ha convertido al gobernante justo en un medio para enderezar las desviaciones, que cohíbe a los opresores, reforma a los corruptos, patrocina y trae justicia al débil, y da refugio al afligido. ¡Oh, Líder de los Creyentes! Un gobernante justo es como un pastor benevolente que busca las mejores pasturas para sus rebaños y los conduce fuera de las áreas de peligros y animales salvajes, protegiéndolos de daños. ¡Oh, Líder de los Creyentes! Un gobernante justo es como un padre cuidadoso que trabaja por el bienestar de sus hijos, los educa a medida que crecen, y gana el pan para ellos mientras todavía está vivo, y les deja riquezas luego de su muerte. ¡Oh, Líder de los Creyentes! Un gobernante justo es como una madre afligida que ama cuidar a su hijo. Lo carga con dificultad, y lo da a luz con dificultad. Lo cuida mientras es un niño pequeño, quedándose despierta por las noches cuando está despierto, y duerme cuando él duerme. Ella lo alimenta en algunos momentos, y lo desteta en otros, se siente feliz de su buena salud y se preocupa por sus quejas. ¡Oh, Líder de los Creyentes! Un gobernante justo es el guardián de los huérfanos y el patrocinador del necesitado, él cuida al joven y auxilia al anciano. ¡Oh, Líder de los Creyentes! Un gobernante justo es como un corazón dentro de las costillas. Cuando el corazón está sano las costillas están sanas, pero cuando está enfermo, las costillas se enferman. ¡Oh, Líder de los Creyentes! Un gobernante justo es quien escucha las Palabras de Dios y las hace oír, es quien busca la recompensa de Dios, y hace que sus súbditos busquen Su recompensa. Es quien se somete a la voluntad de Dios y hace que sus súbditos se sometan también a Su voluntad. ¡Oh, Líder de los Creyentes! Sabe que Dios ha prescripto ciertos castigos para disuadir a Sus servidores de hacer el mal… ¿qué entonces si quien está a cargo de hacer cumplir este deber comete un pecado que amerita eso? Los castigos salvaguardarán las vidas de las personas… ¿Y qué si quien está a cargo de hacer cumplir este deber comete un asesinato? ¡Oh, Líder de los Creyentes! Ten cuidado con la muerte, y con lo que sucederá después, y los pocos ayudantes; por lo tanto reúne las provisiones que tengas para prepararte para ella y para los horrores que le siguen. ¡Oh, Líder de los Creyentes! Sabe que tienes otro hogar diferente al que gozas hoy en día. En él tu sueño durará mucho, y tus amigos no estarán contigo, y deja todo por ti mismo. Por lo tanto, toma aquellas provisiones que puedan acompañarte. Ese Día el hombre huirá de su hermano, de su madre y su padre, y de su esposa y sus hijos (Corán 80:34-36). ¡Oh, Líder de los Creyentes! Recuerda las palabras de Dios: “Cuando lo que hay dentro de las tumbas salga a la superficie. Y lo que está en los pechos (de los hombres) salga a la luz… (Corán 100:9-10). En ese Día los secretos serán revelados, como también el registro de tus actos: no quedará ni algo pequeño ni grande sin ser registrado (Corán 18:49). ¡Oh, Líder de los Creyentes! Todavía tienes tiempo antes de que la muerte llegue y todas las esperanzas se desvanezcan y se pierdan (de hacer obras rectas). ¡Oh, Líder de los Creyentes! Juzga entre tus súbditos con la ley2 del Islam. No le des al orgulloso poder sobre el débil, si ellos no observan ningún pacto de honor hacia el creyente; y para que tú no cargues con las faltas de otros. No te dejes engañar por aquellos que disfrutan aquellas cosas que te conducirán a la miseria, y devoran las cosas buenas mientras te privan a ti de las cosas buenas del Más Allá. No pienses en el poder que tienes ahora; piensa en qué será de ese poder cuando la muerte te alcance, de pie en el Día de la Resurrección, ante Dios, en la presencia de una asamblea de ángeles, profetas y mensajeros, cuando todos los rostros estarán humildes ante Dios, El Viviente, El Eterno, Quien sostiene y protege todo lo que existe (Corán 20:111). ¡Oh, Líder de los Creyentes! Aunque yo no he alcanzado con este consejo el nivel del hombre sabio o su razón y sabiduría ante mí, he hecho lo mejor para ser sincero contigo. Por lo tanto toma mi mensaje como una medicina ofrecida con cariño a su amigo más querido…porque aunque tenga un sabor amargo, te servirá como una cura”.



[1] La consulta se limita a aquellos asuntos sobre los cuales no hay un texto legal explícito en el Corán o en las Tradiciones del Profeta r, o a la forma de implementación de las mismas.

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