Los hijos deben obedecer a sus padres en tanto y en cuanto no les ordenen algo que implique cometer un pecado. Deben tratar bien a sus padres y ser benevolentes con ellos, y esmerarse en complacerlos y asistirles. Cuando los padres alcanzan la vejez, los hijos deben asegurarse que tengan satisfechas sus necesidades alimenticias, vestimenta y refugio. Deben hablarles con suavidad y no ser severos con ellos, y deben tener paciencia en servirles y tener consideración de sus sentimientos. No deben hablar mal de ellos, herir sus sentimientos, ni hacer nada que les enfurezca. Dios dijo: “Tu Señor ha ordenado que no adoren sino a Él y que sean benévolos con sus padres. Si uno de ellos o ambos llegan a la vejez, no sean insolentes con ellos y ni siquiera les digas: ¡Uf! Y háblales con dulzura y respeto” (Corán 17:23) El Islam ha considerado la desobediencia a los padres como un pecado. ‘Abdulláh Ibn ‘Amr y narró que un beduino vino al Profeta r y le dijo: “¡Oh, Mensajero de Dios! ¿Cuáles son los pecados más graves?”. Y él dijo: “Adorar o asociar co-partícipes a Dios”. Le preguntó “¿Luego qué?”, y él respondió: “La desobediencia a los padres”. Le preguntó: “¿Y luego, qué más?”, y él respondió: “El juramento falso”. Le dijo: “¿Y qué es un juramento falso?”, y él respondió: “Una mentira que se jura que es cierta para usurpar la riqueza de otro” (al-Bujari). Para ejemplificar el estatus de los padres en el Islam, el Profeta dijo: “La complacencia de Dios se logra a través de la complacencia de los padres, y la ira de Dios se alcanza a través de la ira de los padres” (at-Tirmidhi). Es obligatorio reconocer estos derechos a los padres, aún si ellos son de una religión diferente. Asmá’ ibn Abi Bákr dijo: “Mi madre vino a visitarme cuando aún era politeísta durante el tiempo del Profeta, y le pedí permiso al Mensajero de Dios. Le dije: “Mi madre vino a visitarme y quiere verme, ¿debo mantener el lazo de parentesco con ella?”. Y el Profeta r le dijo: “Sí, mantén la relación con tu madre” (al-Bujari). Las madres tienen prioridad sobre los padres en el trato benevolente y la buena compañía. Abu Hurairah y reportó que un hombre le dijo al Profeta: “Oh, Mensajero de Dios, ¿Quién tiene más derecho a la buena compañía?”. Él respondió: “Tu madre, luego tu madre, luego tu madre, y luego tu padre. Y luego quienes están después de él, y luego quienes están después de ellos” (Muslim). El Profeta r reconoció tres derechos a la madre y uno al padre porque la madre soporta sufrimientos y dificultades que el padre no. Dios ha descripto a las madres de la siguiente manera: “Su madre lo ha llevado en el vientre con esfuerzo y le ha dado a luz con dolor, el período del embarazo y la lactancia dura treinta meses” (Corán 46:15) Ellas sufren dificultades cuando llevan a su hijo en su útero, dándoles alimento de sí mismas, durante el nacimiento, y cuando le alimenta después del alumbramiento y permanece despierta por las noches.