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La actitud hacia la belleza
puesto que la riqueza, el esplendor y la belleza son características del paraíso, sus imitaciones en este mundo nos lo recuerdan. esto incrementa el deseo de un creyente por conseguirlas, pero el que no cree decide quedarse con las de esta vida y no muestra interés en las de la otra.
todo (los ríos que fluyen incesantemente, los lugares de gran belleza paisajística, los jardines de deslumbrantes colores, la belleza humana, las composiciones estéticas y las increíbles obras de arte) son dones y una gracia de dios para con la humanidad. en cada una de estas bendiciones de la vida terrenal hay un indicio de la creación de dios. un creyente contemplará la belleza de este mundo como si fuese el reflejo de un original, y como modelo y anuncio de buenas noticias:
pero a aquellos que han llegado a creer y hacen buenas obras dales buenas nuevas de que tendrán jardines por los que corren arroyos. siempre que se les den, como sustento, frutos de ellos, dirán: “¡esto es lo que antes recibíamos como sustento!” – porque se les dará algo que les evocará aquel [pasado]. tendrán esposas puras y allí permanecerán. (sura la vaca 2: 25)
sin embargo, aunque muchas de las bendiciones del más allá se parecen a las que existen en el mundo, son superiores a ellas en cuanto a su realidad y en el hecho de que son eternas. dios ha creado un jardín perfecto y lo ha dotado de numerosas bendiciones. una persona con los valores que enseña el corán meditará sobre la creación y la excelencia del paraíso en todo lo que ve. cuando observe el cielo, pensará en "un jardín tan vasto como los cielos y la tierra" (sura la casa de imrán 3: 133); cuando mire casas bonitas, pensará en "mansiones en ese paraíso por el que corren arroyos", (sura la araña 29: 58); cuando repare en joyas deslumbrantes, pensará en los adornos del paraíso "brazaletes de oro y perlas" (sura el originador 35: 33); cuando contemple ropa elegante y atractiva, pensará en la ropa del paraíso que está hecha de "vestidos verdes de seda y brocado" (sura la cueva 18: 31); cuando pruebe comida y bebida deliciosas, pensará en los "arroyos de agua que el tiempo no corrompe, arroyos de leche cuyo sabor nunca se altera, arroyos de vino que es delicia de quienes lo beben [que no indispone ni les embriaga], arroyos de miel limpia de toda impureza" (sura muhammad 47: 15) del paraíso; cuando vislumbre bonitos jardines, pensará en el paraíso "de un profundo verdor" (sura el más misericordioso 55: 64); cuando advierta muebles bonitos, pensará en los "lechos de felicidad incrustados de oro" (sura lo que ha de ocurrir 56:15) del paraíso.
las razones que subyacen bajo este modo de pensar es que todas las cosas bellas de este mundo son, para una persona que tiene fe, fuente de gran placer y motivo de agradecimiento, ya posea alguna de ellas o no. al mismo tiempo, harán aumentar su deseo por alcanzar el paraíso y redoblará sus esfuerzos para conseguir llegar a él.
un creyente que vive según indica el corán no sentirá envidia ni se enfadará cuando vea a alguien que es más rico o más atractivo que él. por ejemplo, a diferencia de mucha gente, no lamentará no tener una bonita casa porque uno de los objetivos principales en la vida de un creyente es aspirar a la belleza eterna, no a la transitoria; su verdadera casa es el paraíso. dios llama nuestra atención sobre esto en el corán:
su sustentador les da la buena nueva de su gracia y de [su] complacencia, y de jardines que les aguardan, llenos de un deleite perdurable. (sura el arrepentimiento 9: 21)
los que evitan las enseñanzas del corán ignoran el hecho de que su verdadera casa es el paraíso y por ello se encuentran íntimamente ligados a los placeres efímeros de este mundo. sus principales objetivos son: que se hable bien de ellos, ser respetados e importantes por derecho propio, incrementar sus bienes materiales y llevar una buena vida. a lo largo de su existencia corren en pos de valores mundanos que son transitorios, sin importancia y engañosos. el contemplar cosas buenas que no poseen lo único que hace es acrecentar su envidia, codicia y tristeza. por ejemplo, no les agrada estar en una bonita casa que no les pertenece. sus mentes están ocupadas en cuestiones como éstas: “¿por qué no soy tan rico?” y “¿por qué no tengo una casa tan bonita como esta?”. para dicha clase de gente, las cosas bellas que hay en el mundo son normalmente causa de irritación porque, para lograr satisfacción, deben poseerlas.
sin embargo, los que viven según las enseñanzas del corán saben cómo apreciar las cosas bellas, les pertenezcan o no. por ejemplo, una persona que tiene conciencia de su fe, como parte de la prueba que dios le pone en este mundo, puede que no viva en un barrio rico, quizá ni siquiera ha visto uno, pero se da cuenta de que hay una razón inequívoca para su situación. un creyente sabe que no tiene que ir a tales sitios para contemplar la belleza de la creación. con su especial percepción y comprensión, un creyente observará las incomparables bellezas que dios ha creado en cualquier lugar y en todo momento. el esplendor de las estrellas por la noche y la incomparable belleza, color y diseño de una rosa son dos ejemplos que cualquiera puede ver y apreciar todos los días.
como dijimos con anterioridad, el deseo que los creyentes sienten por el paraíso les hace cambiar su entorno por lugares que se lo recuerden. ciertamente, el paraíso es un lugar que es una obra de arte mayor de lo que cualquiera pueda imaginar, con vistas perfectas y belleza que nadie en la tierra puede concebir, pero un musulmán que vive según las enseñanzas del corán utilizará todos los medios a su disposición para embellecer sus alrededores. sabemos por el corán que el patio de salomón estaba pavimentado de cristal (sura las hormigas 27:44) y que su casa estaba decorada con santuarios, estatuas, pilas grandes como estanques y calderas fijadas al suelo (sura saba' 34:13) en el corán, dios también dice que a la familia de abraham (que dios esté complacido con él) se le concedió un dominio inmenso (sura las mujeres 4:54).
a pesar de su elevada posición social, y a veces grandes posesiones y poder que les habían sido otorgados, los mensajeros de dios utilizaban todas sus bendiciones como dios les dijo y de acuerdo con su deseo. por este motivo, se les elogia en el corán. los creyentes toman a todos los profetas como ejemplo y se esfuerzan – como los “awliya” (los cercanos a dios) también hicieron - por usar los dones que tienen para agradar a dios.