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Encontrando Consuelo en el Amor - El Primer Matrimonio del Profeta
Encontrando Consuelo en el Amor - El Primer Matrimonio del Profeta
Cuando Muhammad (paz y bendiciones sean con él) llegó a cumplir veinte años de edad, empezaba una nueva etapa en su vida. Su nacimiento noble, fuerte carácter y fuerza física seguramente habría de ponerlo en el camino hacia la prosperidad.
Hay informes que sugieren que, en su vejez Muhammad (paz y bendiciones sean con él) estaba dotado de una resistencia excepcional. En su juventud, él debió haber estado lleno de vigor y habilidad.
Combinando esto con su conocida honestidad y sabiduría que contradicen su juventud además de su buen carácter, era de esperarse que si aspiraba a algún logro material en su sociedad, de seguro lo hubiese logrado.
Muhammad (paz y bendiciones sean con él), sin embargo, continuó estableciendo por sí mismo un alto código de honor. La fuerza de su carácter y su agudo sentido de la moralidad le proporcionó un factor de equilibrio para su deseo físico. Era capaz de controlar ese deseo con sabiduría y fuerza espiritual.
Por otra parte, fue adquiriendo rápidamente una reputación de honestidad meticulosa. De hecho, fue llamado por su sociedad "Al-Amin", que significa "el confiable y honesto".
Búsqueda de empleo
La ganancia material no parecía tentarle de modo alguno. No despreciaba las riquezas, ni buscaba vanos ideales. Sólo tenía un fino sentido de la proporción. Se dio cuenta de que la riqueza no era un fin en sí mismo. Era un medio para un fin mayor.
Por lo tanto, se acercó a la tarea de buscar una nueva ocupación con seriedad y dignidad. Fue tan pronto como decidió que debería tratar de encontrar empleo en el comercio y los negocios.
Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) no tenía dinero para establecer un negocio propio, ni fue Abu Talib, su tío, un hombre de afluencia para proporcionarle un buen comienzo.
La única opción que le quedaba, por lo tanto, era probarse a sí mismo como agente comercial en nombre de otra persona. Al parecer, no tenía ninguna dificultad en la obtención de una posición, debido a su creciente reputación de honestidad y buen carácter.
No se sabe para quien trabajaba Muhammad (paz y bendiciones sean con él) en esos primeros años.
Un acuerdo de negocios
Es razonable, sin embargo, suponer que era Khadijah Bint Khuwaylid, una viuda rica, que tenía el beneficio de sus valiosos servicios. Más tarde le enviaría en una misión comercial a Siria con una gran cantidad de bienes. Probablemente, ella no habría hecho esto, sin probarlo primero en los mercados locales.
Se reporta que él dijo, más tarde, que ella era una empleadora muy generosa. Cada vez que él y su compañero iban a verla, ella les ofrecía algo de comer.
Muhammad (paz y bendiciones sean con él) ganó una gran experiencia en el negocio en sus tempranos 20 años; él trabajaba en comisión.
Khadijah, sin embargo, le pagó más de lo que le pagó a otros agentes. Se dio cuenta que ella tenía trabando para ella un hombre que combinaba la honestidad e integridad con un buen ojo para los negocios.
La Senora khadijah tenía muchos pretendientes ricos, pero ella decidió que sólo se casaría con un hombre de un buen carácter. |
Su admiración por Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) fue aumentando todo el tiempo. Ella quería contratar sus servicios, y ella sentía que la única forma de hacerlo era aumentando sus ingresos. Él, sin embargo, no mostraba señales de la codicia que normalmente muestra la gente en su posición.
Khadijah, siendo una viuda rica, recibió una propuesta de matrimonio tras otra. Se dio cuenta, sin embargo, que era su dinero que tentaba a sus pretendientes. Por lo tanto ella declinó todas propuestas que recibió.
Su asociación de negocios con Muhammad (paz y bendiciones sean con él), sin embargo, la obligó a reconocer que había un hombre para quien el dinero no era la mayor prioridad. Ella comenzó a pensar en él bajo una luz diferente.
Una propuesta de matrimonio
Jadiyah fue una mujer de gran inteligencia y nobleza. Ella tenía un carácter fuerte y le gustaba actuar en cualquier asunto sólo después de que lo había observado todo cuidadosamente desde todos los ángulos.
Al parecer, ella consultó a uno o dos de sus parientes de confianza, que elogiaron a Muhammad (paz y bendiciones sean con él). Uno de esos fue Waraqah Ibn Nawfal, un viejo tío suyo, quien reconoció que Muhammad estaba destinado a tener un futuro muy importante.
Khadijah durante mucho tiempo había resuelto que elegiría a su futuro marido cuando ella estuviera absolutamente segura de su carácter. Mirando su trato con Muhammad (paz y bendiciones sean con él), sintió que ahora dependía de ella dar el siguiente paso.
Khadijah envió una íntima amiga suya, Nufaysah, para hacer un acercamiento indirecto a Muhammad. Cuando se encontró con él, dijo: "Muhammad, ¿qué te impide casarte?"
Él respondió: "No tengo suficiente para cubrir los gastos de mi matrimonio."
Ella dijo: "¿Qué sucede si no eres llamado a cubrir esos gastos? ¿Qué le dirías a una mujer de belleza, riqueza y posición que está dispuesta a casarse contigo? ¿Te casarías con ella?"
Él dijo: "¿Quién es esa mujer?"
Ella respondió: "Khadijah."
Preguntó: "¿Quién puede arreglar un matrimonio así para mí?"
Ella dijo: "Déjalo para mí".
Su respuesta fue: "Lo haré, de buena voluntad."
El primer matrimonio
Cuando Khadijah estaba segura de la reacción de Muhammad, le mandó un mensaje pidiéndole que viniera a verla. Ella le dijo: "primo, (ella usó este término en su sentido más amplio, puesto que era un prima muy lejana de Muhammad. Su ascendencia no se unió hasta el quinto abuelo.) Te admiro por tu buena posición entre su gente, tu honestidad y buenos modales, y porque eres es un hombre de palabra. "
Entonces, ella propuso que debían casarse. Muhammad (paz y bendiciones sean con él) estaba muy contento y fue a informar a sus tíos, que también estaban muy contentos con este matrimonio.
Muhammad (paz y bendiciones sean con él) fue con sus tíos para reunirse con el tío de Khadijah. Abu Talib, tío del Profeta, habló en nombre de su sobrino. Él dijo:
"Este sobrino mío, Muhammad Ibn Abdullah, no tiene pares en su nobleza de carácter y de decencia. Si no es rico, la riqueza es sólo algo accidental. El dinero va y viene, y más de un hombre rico se vuelve pobre. Sin duda tendrá un gran futuro. Le está proponiendo matrimonio a su honorable hija, Khadijah. Le está dando una dote de tal y tal."
El tío de Khadijah no dudó en aclarar su aceptación. El matrimonio fue concertado entonces, con una dote de 20 camellos jóvenes.
25 Felices años
Fue un matrimonio feliz. La mayoría de los biógrafos del Profeta pusieron su edad a los 25, diciendo que Khadijah tenía 40 años. Algunos informes indican que el Profeta estaba más cerca de los 30. Por otro lado, se reportó que Khadijah tenía 35, o incluso 25. Teniendo en cuenta el hecho de que ella le dio a Muhammad (paz y bendiciones sean con él) seis hijos, el informe que le asigna una edad más joven parece más precisa.
Abdullah Ibn Abbas, primo del Profeta, que se considera como uno de los más sabios entre los compañeros del Profeta, afirma que ella tenía 28 años y ni un día más.
Cualquiera que fueran sus respectivas edades, Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) pasó 25 felices años con Khadijah. El matrimonio dio a Khadijah un hombre a quien ella podía amar, respetar y confiar. Era un esposo muy cariñoso y amoroso que atendía sus deberes familiares con su habitual seriedad. Ella le dio cuatro hijas y dos hijos.
Aunque la poligamia era la práctica normal en Arabia, Muhammad (paz y bendiciones sean con él) no tuvo una segunda esposa mientras Khadijah vivía. El matrimonio dio a Muhammad una vida estable, pero el verdadero beneficio de casarse con Jadiyah no fue completamente evidente hasta después de que comenzó a recibir sus revelaciones y enfrentar la oposición a su Mensaje de todos los ángulos.
En aquel momento, el apoyo de Khadijah fue el más valioso para Muhammad (paz y bendiciones sean con él). Permaneció a su lado, asegurándole y dándole todo el confort que necesitaba. No importa cuán grande era su problema cuando llamó a su pueblo a aceptar el Islam, pero en el momento que se fue a casa tenía la certeza de una bienvenida reconfortante de su esposa.
Mucho después de su muerte, y cuando se había casado con otras mujeres, el Profeta (paz y bendiciones sean con él) continuó honrando la memoria de Jadiyah.
Jadiyah dio a luz primero a un niño que se llamaba Al-Qasim. Seguido de cuatro hijas, llamadas: Zainab, Ruqayyah, um Kulzum y Fátima. Abdullah fue el último niño que nació de Khadijah.
Al-Qasim vivió pocos años mientras que Abdullah murió antes de ser destetado. Ibrahim por otro lado, vivió sólo 18 meses.
Las cuatro hijas del Profeta (paz y bendiciones sean con él) vivieron hasta después del comienzo de las revelaciones islámicas. Todas ellas aceptaron el Islam. Las tres primeros, sin embargo, murieron en Medina, mientras que Fátima era la única hija del Profeta que lo sobrevivió. Ella falleció seis meses después de su muerte.