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Crear una Atmósfera de Fe en el Hogar

1753 2013/05/27 2024/10/06

Crear una Atmósfera de Fe en el Hogar

 

 


Consejo 3: Hacer del hogar un lugar para la rememoración de Allah.

 

El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “La diferencia entre una casa en la cual Allah es recordado y una en la que no, es la que hay entre los vivos y los muertos”.

 

Debemos convertir nuestros hogares en lugares donde Allah sea recordado en todas las formas, tanto en nuestros corazones, verbalmente, durante el salat, leyendo el Corán, discutiendo tópicos islámicos, o leyendo diferentes clases de libros islámicos.


 

¿Cuántos hogares musulmanes están muertos hoy en día porque no recuerdan a Allah, como se menciona en el hadiz? ¿A qué se asemejarán, cuando todo lo que se oye allí adentro es la música de Satanás, con instrumentos y cantos, la maledicencia, la murmuración y la calumnia?

¿A qué asemejarán cuando están llenos de pecado y maldición, como la convivencia de hombres y mujeres y exhibiciones lascivas entre los parientes? ¿Cómo pueden los ángeles ingresar a un hogar así? Revivan vuestros hogares con toda clase de oraciones, ¡que Allah tenga misericordia de ustedes!

 

 

Consejo 4: Orientar los hogares hacia La Meca

Esto significa tomar el hogar como lugar de culto. Allah dijo (traducción del significado):

 

Le ordenamos a Moisés y a su hermano que se establecieran con su pueblo en Egipto y que hicieran de sus hogares un lugar de adoración. Y dijimos: Haced el salat y albriciad a los creyentes [que se les concederá el triunfo en esta vida y en la otra]” (Yunus, 10:87).

 

Ibn ‘Abbás dijo: “Se les ordenó tomar sus moradas como lugares para el salat (literalmente, como mezquitas)”


Ibn Kázir dijo: “Esto, y Allah sabe más, fue a causa de la intensidad de la tribulación que estaban enfrentando por el Faraón y su gente. Se les ordenó rezar mucho, como Allah dijo (traducción del significado):

 

¡Oh, creyentes! Busquen ayuda en la paciencia y el salat…” (al-Baqarah 2:153), y como dice en el hadiz sobre el Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “cuando él estaba angustiado por algo, rezaba”.

 

Esto explica la importancia del culto en el hogar, especialmente en tiempos en que los musulmanes están el una posición de debilidad, como sucede en algunos lugares, donde no pueden rezar abiertamente frente a los no musulmanes. En este contexto, podemos pensar en el mihrab de María, que era su lugar de culto, como Allah dijo (traducción del significado):

 

Toda vez que Zacarías ingresaba al templo la encontraba provista de alimentos…” (Al ‘Imran, 3:37).

 

Los sahabas, que Allah esté complacido con todos ellos, solían ser muy afectos al salat en el hogar, no sólo de sus oraciones obligatorias sino de las voluntarias, y hay una historia movilizadora acerca de esto. Mahmud ibn ar-Rabi’ al-Ansari reportó que ‘Utban ibn Malik, que era uno de los sahabas y uno de los auxiliantes de Medina que había estado presente en Badr, llegó al Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y le dijo: “Estoy perdiendo la vista, y yo dirijo a mi gente en el salat. Cuando llueve, el valle entre ellos y yo se inunda y no puedo ir a la mezquita de ellos para dirigir el salat. Oh, Mensajero de Allah, yo quisiera que vinieses y rezaras en mi casa, para que yo pueda tomarla como lugar para el salat”.

 

El Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le dijo: “Haré eso, si Allah quiere”. ‘Utban dijo: “El día siguiente el Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y Abu Bakr llegaron por la mañana. El Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) pidió permiso para entrar, y le di permiso. No se sentó hasta que había ingresado en la casa y dicho: “¿Dónde te gustaría que rece en tu casa?”. Yo le mostré una esquina de la casa, y entonces el Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) se puso de pie, dijo el takbir (Alláhu Ákbar), y nos pusimos de pie en una fila detrás de él. Él rezó dos rak’as y dio el salam al final del salat”[1].


 

Consejo 5: Entrenamiento espiritual para los miembros del hogar

 

‘Aa'ishah (que Allah esté complacido con ella) dijo: “El Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) solía rezar por la noche, y cuando rezaba el salat al-witr me decía: “Levántate y reza el wítr, Oh ‘Aa'ishah”[2].

 

El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Que Allah tenga misericordia de un hombre que se levanta y reza por la noche, y luego levanta a su esposa para que rece, y si ella rehúsa, salpica algo de agua sobre su rostro (para ayudarla a despertarse)”[3].

 

Encomendar a la mujer que de caridades es otro medio para incrementar la fe. Esto es algo muy importante, que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) encomendó cuando dijo: “¡Oh, mujeres! Den caridad, porque yo he visto que entre vosotras está la mayoría de los habitantes del Infierno”[4].

 

Una de las nuevas ideas es tener una caja en la casa para las donaciones a los pobres y los necesitados: lo que sea que se ponga en esa caja les pertenece, porque es su canasta en el hogar del musulmán.

 

Si los miembros de la familia ven un ejemplo entre ellos de alguien ayunando en los días de al-Bid (13, 14 y 15 de cada mes lunar), los lunes y los jueves, los días 9 y 10 del mes de Muharram, el día de ‘Arafah, y frecuentemente en el mes de Muharram y Sha’ban, esto será un motivo para que ellos hagan algo parecido.

 

Consejo 6: Poner atención a las recitaciones y las súplicas de la Sunnah que tienen que ver con el hogar


Recitación para ingresar al hogar:

 

Muslim reportó en su Sahih que el Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Cuando uno de ustedes ingresa a su casa y menciona el nombre de Allah, al ingresar y al comer, Satanás le dice (a los demonios): “No tienes lugar dónde residir ni nada para comer”. Pero si entra y no menciona el nombre de Allah, Satanás le dice: “Tienes un lugar donde estar”. Y si no menciona el nombre de Allah cuando come, Satanás le dice: “Tienes un lugar para quedarte, y algo para comer”[5].

 

Abu Dawud reportó en su Sunan que el Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Si un hombre sale de su casa y dice: “Bismillah, tawakkaltu ‘ala Allah, la hawla wa la quwata illa billah (en el nombre de Allah, pongo mi confianza en Allah, no hay fuerza ni poder excepto en Allah)”, se le dirá: “Serás cuidado, serás guiado, tienes lo que necesitas, y serás protegido”. Satanás se apartará de él, y le dirá a otro demonio “¿Qué puedes hacer contra un hombre que es guiado, proveído y protegido?”[6].

 

El Siwak (cepillo para higienizar los dientes)

 

El imam Muslim reportó en su Sahih que ‘Aa'ishah (que Allah esté complacido con ella) dijo: “Cuando el Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) ingresaba a su casa, la primer cosa que hacía era usar el siwak”[7].

 

 

Consejo 7: Recitar continuamente el capítulo al-Báqarah en la casa, para ahuyentar a Satanás

 

Hay numerosos hadices acerca de esto, tales como:

 

El Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “No conviertan a sus casas en tumbas. Satanás huye de una casa en la que se recita el capítulo al-Báqarah”[8].

 

Acerca de las virtudes de las dos últimas aleias de esta surah, y el efecto de recitarlas en nuestras casas, el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Allah escribió un documento dos mil años antes de crear los cielos y la Tierra, que es conservado cerca del Trono, Él reveló dos aleias de él, con los cuales concluyó la surat al-Báqarah. Si son recitados en una casa por tres noches consecutivas, Satanás no se aproximará”[9].

 

 


 



[1] Transmitido por al-Bujari, al-Fáth, 1/519.

[2] Transmitido por Muslim, Muslim bi Shárh an-Nawawi, 6/23.

[3] Transmitido por Áhmad y Abu Dawud. Sahih al-Yami’, 3488.

[4] Transmitido por al-Bujari, al-Fáth, 1/405.

[5] Transmitido por el Imam Áhmad, al-Musnad, 3/346; Muslim, 3/1599.

[6] Transmitido por Abu Dawud y at-Tirmidhi, Sahih al-Yami’, No. 499.

[7] Transmitido por Muslim, Kitab at-Taharah, capítulo 15, No. 44.

[8] Transmitido por al-Hakim en al-Mustadrak, 1/561; Sahih al-Yami’, 1170.

[9] Transmitido por el Imam Áhmad en al-Musnad, 4/274, y otros. Sahih al-Yami’, 1799.

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