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FUNDAMENTOS DEL SENDERO PROFÉTICO
Los fundamentos del Sendero profético, en lo que a nosotros respecta, son:
التَّمَسُّكُ بِمَا كَانَ عَلَيْهِ أَصْحَابُ الرَّسُولِ-صَلَّى اللهُ عَلَيْهِ وَسَلَّمَ–،الإِقْتِدَاءُ بِهِمْ،وَتَرْكُ البِدَعِ،وَكُلُّ بِدْعَةٍ فَهِيَ ضَلالَةٌ،وَتَرْكُ الخُصُومَاتِ وَ[تَرْكُ] الجُلُوسِ مَعَ أَصْحَابِ الأَهْوَاءِ،وَتَرْكُ المِرَاءِ والجِدِالِ،وَالخُصُومَاتِ فِي الدِّينِ.
El apego a la metodología que seguían los Compañeros[1] del Mensajero –Dios le bendiga y le otorgue paz–; el seguimiento a ellos; apartarse de las innovaciones, ya que toda innovación constituye extravío[2]; (3) el abandono de los antagonismos y el sentarse con las personas que siguen sus pasiones; (4) el abandono de las riñas, las disputas[3] y los conflictos en la Religión.
والسُّـنَّةُ عِنْدَنَا: آثَارُ رَسُولِ اللهِ-صَلَّى اللهُ عَلَيْهِ وَسَلَّمَ–،والسُّنَّةُ تُفَسِّرُ القُرْآنَ،وَهِيَ دَلائِلُ القُرْآنِ،وَلَيْسِ فِي السُّنَّةِ قِيَاسٌ،وَلا تُضْرَبُ لَهَا الأَمْثَالُ،وَلا تُدْرَكُ بالعُقُولِ وَلا الأَهْوَاءِ،إنَّمَا هُوَ الإتِّـبَاعُ وتَرْكُ الهَوَى.
Y la Sunna, en lo que a nosotros respecta, son las narraciones del Mensajero de Dios –Dios le bendiga y le otorgue paz–, y la Sunna explica el Qur’ān[4], y en ella hay evidencias del Qur’ān. No cabe analogía alguna en cuanto a la Sunna, ni se hacen de ella ejemplificaciones. No la abarcan los intelectos ni los deseos. En verdad no se trata sino del seguimiento y el abandono de los deseos[5].
ومن السُّنَّةِ الَّلازِمةِ الَّتِي مَنْ تَرَكَ مِنْهَا خَصْلَةً -لم يَقْبَلْهَا ويُؤْمِنْ بِهَا -لَم يَكُنْ مِنْ أَهْلِهَا:الإيمَانُ بِالقَدَرِ خَيْرِهِ وَشَرِّهِ، والتَّصْدِيقُ بِالأَحَادِيثِ فِيهِ،وَالإِيمَانُ بِهَا لا يُقَالُ:لِمَ ؟وَلاكَيْفَ؟ إنَّمَا هُوَ التَّصْدِيقُ بِهَا وَالإيمَانُ[بِهَا].
Y [parte] de la Sunna indispensable, de la cual el que la abandona en lo más mínimo –[es decir], no la acepta ni cree en ella– no es de su gente, es la creencia en el Decreto[6], tanto lo agradable de él como lo desagradable de él. [Ello implica] confirmar la veracidad de las narraciones relativas a él y la creencia en ellas. No se dice “¿por qué?” ni “¿cómo?”. No se trata sino de la confirmación de su veracidad y la creencia [en ellas][7].
ومَنْ لَمْ يَعْرِفْ تَفْسِيْرَ الحَدِيثِ ويَبلُغْهُ عَقْلُهُ فَقَد كُفِيَ ذَلِكَ وأُحْكِمَ لَهُ،فَعَلَيْهِ الإِيمَانُ بِهِ وَالتَّسْلِيمُ لَهُ،مِثلَ حَدِيثِ:”الصَّادِقِ المَصْدُوقِ” ومِثلَ مَا كَانَ مِثْلَه في القَدَرِ،وَمِثْلَ أحاديث الرُّؤيةِ كُلِّهَا وإن نَبَتْ عَنِ الأسْمِاعِ واسْتَوحَشَ مِنْهَا المُستَمِعُ،فإنَّمَا عَلَيهِ الإيمَانُ بِهَا ،وَأَنْ لا يَرُدَّ مِنْهَا حَرْفاً وَاحِداً وغَيرِهَا مِنَ الأَحَادِيثِ المَأْثُورَاتِ عن الثِّقَاتِ .
Y quien no tenga conocimiento de la explicación de una narración y su intelecto no la alcance [a entender], ello le basta y le es definitivo, ya que a él le incumbe la creencia en ella y el aceptarla. Ejemplos de ello son la narración de “el veraz y de veracidad aceptada”[8] y cuanto se asemeja a ella en relación al Decreto. Lo mismo es aplicable a las narraciones sobre la Visión [de Dios][9] –todas ellas– incluso si difieren del oído y se incomoda con ellas el oyente, pues ciertamente a él no le incumbe sino la creencia en ellas y el no refutar de ellas ni una letra. Y [lo mismo es aplicable a] el resto de narraciones transmitidas de [narradores] fidedignos.
[ وأَنْ ] لا يُخَاصِمَ أَحَداً ولا يُنَاظِرَهُ،ولا يَتَعَلَّمُ الجِدَالَ،فإنَّ الكَلامَ في القَدَرِ والرُّؤْيةِ وَالقُرْآنِ وغَيْرِهَا مِنَ السُّنَنِ مَكْرُوهٌ مَنهِيٌّ عَنهُ، وَلا يَكُونُ صَاحِبُهُ- إِنْ أَصَابَ بِكَلامِهِ السُّنَّةَ-مِنْ أَهْلِ السُّنَّةِ حَتَّى يَدَعَ الجِدَالَ ويُسَلِّمَ،وَيُؤْمِنَ بِالآثَارِ.
Y [le incumbe de igual modo] no disputar con nadie ni debatirle, ni aprender [a practicar] la argumentación[10], pues ciertamente [el uso de] la dialéctica en relación al Decreto, la Visión [de Dios], el Qur'ān y otras cuestiones [similares], está entre las prácticas detestables y las cuales han sido prohibidas. Y su aficionado –incluso si a través de su dialéctica alcanza la Sunna– no está entre la gente de la Sunna hasta que abandone la argumentación, se someta y crea en las narraciones [proféticas].
والقُرآنُ كَلامُ اللهِ ولَيْسَ بِمَخْلُوقٍ وَلا يَضْعُفُ أَنْ يَقُولَ:لَيْسَ بِمَخْلُوقٍ،قَالَ:فإنَّ كَلامَ اللهِ مِنْهُ وَلَيْسَ بِبَائِنٍ مِنْهُ،وَلَيْسَ مِنْهُ شَيءٌ مَخْلُوقٌ،وإيَّاكَ ومُنَاظَرَةُ مَنْ أَحْدَثَ فِيهِ وَمَنْ قَالَ بِاللَّفْظِ وَغَيْرِهِ، وَمَنْ وَقَفَ فِيهِ فَقَالَ:لا أَدْرِي،مَخْلُوقٌ أَوْ لَيْسَ بِمَخْلُوقٍ وإنمَا هُوَ كَلامُ اللهِ فَهَذَا [صَاحِبُ بِدْعَةٍ مِثْلَ مَنْ قَالَ:هُوَ مَخْلُوقٌ وإِنَّمَا هُوَ كَلامُ اللهِ] وَلَيْسَ بِمَخْلُوقٍ.
El Qur'ān es la Palabra de Dios y no es algo creado[11]. Y uno no se debe ser demasiado débil como para decir “no es creado”, [sino que lo apropiado es] decir: “ciertamente la Palabra de Dios procede de Él, y no es [una entidad] distinta de Él: nada de él es creado”. Y ten cuidado sobre debatir con quien innove en esta [materia][12] y quien diga “la expresión verbal [del Qur'ān es creada]”[13], o cualquier otra cosa [similar]. Y quien titubee sobre esta cuestión y diga: “no sé si es creado o no es creado; ciertamente no es sino la Palabra de Dios”, en tal caso ese es un compañero de la innovación de igual modo que el que dice “es algo creado”. Ciertamente no es sino la Palabra de Dios y no es algo creado.
[1] El Profeta r vaticinó la división de su Nación (ummah) en “setenta y tres sectas”, de las cuales afirmó que todas estarían en el Fuego salvo una, en palabras suyas: «aquello en lo cual estoy yo, así como mis Compañeros» (Tirmidhī, Al-Ḥākim).
[2] Bidʿah, literalmente “innovación”, es el término con el que el Profeta r definía a aquellas invenciones en materia de creencia o práctica religiosa sin fundamento en la revelación qur'ānica ni su ejemplo práctico, respecto a las cuales dijo: «toda innovación es extravío y todo extravío está en el Fuego» (Tirmidhī, Abū Dāwūd).
[3] El Islām no desaconseja preguntar con el fin de entender mejor una cuestión, o realizar una investigación imparcial en busca de la convicción racional, sino disputar con el único fin de entretener o hacer prevalecer la opinión propia.
[4] El Qur'ān afirma el rol del Profeta Muḥammad r como clarificador del Qur'ān: «te Hemos hecho descender el Recordatorio a fin de que esclarezcas a la humanidad cuanto les ha sido revelado, y a fin de que recapaciten» (Q16:44).
[5] La palabra árabe sunnah, literalmente “sendero”, se refiere en la usanza de los eruditos de la teoría legal islámica o uṣūl al-fiqh al “conjunto de dichos, acciones y aprobaciones tácitas del Profeta Muḥammad”. No obstante, para los teólogos sunnah representa el legado doctrinal del Profeta, y ese es el sentido en que el autor lo utiliza aquí. El significado de estas palabras es que el credo islámico procede de las fuentes reveladas (el Libro y la Sunna) y no del deseo personal.
[6] El “decreto” (qadr) de Dios U es Su determinación previa de todo cuanto ocurre en la Creación. Esto implica que Dios es el Creador de todo: «no se da calamidad ninguna en la tierra ni en vuestras personas sin que ello esté en un registro con anterioridad a que lo traigamos a la existencia; en verdad ello es para Dios algo fácil» (Q57:22). El concepto del Decreto de Dios U o qadr no debe confundirse con la noción de la “predestinación” en que los seres humanos actúan por programación divina, pues en el Islām se reconoce el libre albedrío de las personas, quienes son en consecuencia responsables de sus acciones.
[7] Puesto que el conocimiento humano es limitado, la persona hace una decisión sensata reconociendo que no puede –ni tiene por qué querer– abarcar todos los detalles del Decreto de Dios: «[Dios] no es cuestionado por cuanto haga, mientras que ellos sí [van a] ser cuestionados» (Q21:23).
[8] Se trata de la narración del Profeta r en que su compañero ʿAbdul·lāh bin Masʿūd t le describe antes de narrarla como “el veraz y de veracidad aceptada” (aṣ-ṣādiq wa al-maṣdūq): «en verdad, la creación de cada uno de vosotros es reunida en el útero de su madre […] luego se le ordena [a un ángel en relación a] cuatro cuestiones: que registre su sustento, su plazo [de vida], sus obras, y [si será] desdichado o feliz» (Bujārī, Muslim).
[9] Cuando se habla de “la Visión” (ar-ru'yah) es en referencia a la doctrina de que los creyentes verán a Dios I en el Día de la Resurrección: «unos rostros estarán en ese Día radiantes; a su Señor estarán contemplando» (Q75:22-23).
[10] “Argumentación” aquí no significa “uso de argumentos”, sino a la afición de los teólogos de la dialéctica o mutakal·limūn. Las creencias islámicas se derivan de los textos del Qur'ān y la Sunna transmitida de forma auténtica, no a través de la disputa y el debate. Las fuentes conducen a la unicidad; la disputa, aun cuando es hecha utilizando textos de dichas fuentes (siendo cada texto algo a lanzar contra el oponente), conduce a la división. De acuerdo al Profeta r «no se extravió pueblo alguno después de que la guía hubiera estado sobre ellos sino al darse a la disputa» (Tirmidhī, Ibn Māẏah y Aḥmad).
[11] El Qur'ān dice: «y si uno de los paganos busca protección contigo, otórgasela hasta que escuche la palabra de Dios» (Q9:6).Aquí se llama al Qur'ān kalāmul·lāh: “palabra de Dios” o “discurso de Dios”. La controversia del carácter creado del Qur'ān (jalq al-qur'ān) fue producto de la negación de los atributos de Dios por parte de racionalistas radicales, cuyo rechazo incluía el habla (kalām) de Dios, y como consecuencia de lo cual desarrollaron la singular controversia de que el Qur'ān es “una creación” de Dios.
[12] El Profeta r dijo: «el debate acerca del Qur'ān es negación [kufr]» (Abū Dāwūd, Aḥmad).
[13] Algunos proponentes de que el Qur'ān es una creación solían utilizar frases ambiguas a fin de confundir, como “mi recitación del Qur'ān es creada”, es decir, “los sonidos que articula mi boca recitando el Qur'ān sí son parte de la creación”. De este modo no decían con claridad “el Qur'ān es creado” ni “el Qur'ān no es creado”. El Imām Aḥmad advierte aquí sobre el uso de dichas ambigüedades.