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La Paciencia del Profeta ante las Ofensas de Sus Esposas

Auther : Ahmad kasem El Hadad
Under category : El Profeta Como Marido
89301 2007/11/02 2024/12/06

 

La Paciencia del Profeta, paz y bendiciones  sean con él, ante las Ofensas de Sus Esposas


 

En cuanto a la paciencia del Profeta, que la paz y las bendiciones de Al·lâh sean con él, ante las ofensas de sus esposas, es el más majestuoso ejemplo humano, de tal modo que no se conoce de nadie que haya sido más indulgente con sus esposas como lo fue él, que la paz y las bendiciones de Al·lâh sean con él, siendo como era, de una grandiosa personalidad, una altísima valía y de un elevadísimo estatus ante Al·lâh y la gente, y ya hemos mencionado bastantes pruebas de ello hablando sobre su paciencia y su afabilidad, pero me gustaría añadir a continuación pruebas más ilustrativas y contundentes:

 

 

1- Relatado de ‘Omar Ibn Al-Jattâb - que Al·lâh esté complacido con él- quien cuenta: "cuando estábamos en Qoraysh teníamos dominio sobre nuestras mujeres y cuando emigramos a la tierra de los Ansâr (los auxiliadores) en medina, he aquí que encontramos gente a quienes sus mujeres les dominaban, y empezaron nuestras mujeres a contagiarse de sus modales". Y sigue: "un día alcé mi voz sobre mi mujer y ella me replicó. Entonces me opuse a que ella me replicase. Me dijo: ؟por qué te opones a que te conteste? Por Al·lâh, que las mujeres del profeta, que la paz y las bendiciones de Al·lâh sean con él,  le contestan, y algunas de ellas incluso lo ha ignorado el día entero hasta la noche".

Continúa: "entonces, me escandalizó eso y le dije: con seguridad está perdida la que de ellas haga eso" y sigue: "así que, me rodeé con mi atuendo, me dirigí a Hafsa y le dije: eh Hafsa, ؟alguna de vosotras se enfada con el profeta (saaws) el día entero hasta la noche? Dijo: si. Entonces le repliqué: estás perdida y acabada, pues, ؟acaso crees estar a salvo de que Al·lâh se enoje debido al enojo de su Mensajero (saaws) y termines fracasando?" Hadîz relatado por al-Bujârî.


2- Y lo más sorprendente de todo esto es que, los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él, a pesar de todo eso las cortejaba con dulces palabras, como si de ellas no se originase nada digno de resaltar. ‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella, dijo: "me dijo el profeta, que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él: yo sé cuándo estás satisfecha conmigo, y cuándo estás enfadada, y yo le dije: ؟y cómo lo sabes?, y el respondió: si estás satisfecha, cuando vas a jurar dices: juro por el dios de Mohammad, y si estás enfadada de mí dices: juro por el dios de Ibrâhîm (Abraham). Entonces le dije: sí, pero sólo abandono la pronunciación de tu nombre (no tu propia persona)" -Relatado por al Bujârî.


3- Relata Anas, que Al·lâh esté complacido con él, quien dijo: "el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al·lâh sean con él, estaba en casa de una de sus esposas, y otra esposa envió una bandeja de comida, entonces la mujer en cuya casa estaba el profeta empujó la mano del criado que llevaba la bandeja, y ésta cayó al suelo y se rompió. Entonces el profeta, que los rezos y la paz sean sobre él, reunió las partes rotas de la bandeja y puso en ellas la comida que estaba en la bandeja, y dijo a sus compañeros que estaban presentes: "un simple ataque de celos de vuestra madre", después pidió al sirviente que trajera una bandeja en buen estado para entregársela a su otra esposa y dejó la bandeja rota en la casa de la que rompió la bandeja". Relatado por al Bujârî.

 


Fijaos hasta qué punto llega la paciencia del profeta con sus esposas, hasta el punto de que alguna de sus esposas deja de hablarle durante todo el día, o deja de mencionar su honrado nombre, y a pesar de todo ello, él perdona, se muestra paciente y todo esto, teniendo la posibilidad de separarse de ellas, siendo que Al·lâh se las habría reemplazado por otras mejores… ((musulmanas, creyentes, devotas, obedientes, de fácil arrepentimiento, adoradoras fervientes y ayunantes, ya hubieran estado casadas antes o fueran vírgenes)) tal y como se lo prometió Al·lâh, glorificado y enaltecido sea, pero el Profeta era piadoso y misericordioso, perdonaba y exculpaba y cuanto mayor era el daño que la gente le producía, él era aún más afable.

 

 

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