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El hinduismo (parte 3 de 4): El estatus de las mujeres en el hinduismo
El hinduismo[1] es la tercera mayor religión en el mundo, con más de 950 millones de fieles. Si bien los hindúes viven mayoritariamente en la India y Nepal, están diseminados por todo el mundo. Como discutimos en los dos artículos anteriores, en algunos aspectos el hinduismo y el Islam pueden imaginarse como dos polos opuestos. Dos de las creencias más básicas del hinduismo entran en completo conflicto con las creencias más básicas del Islam. En el Islam la adoración es solo para el Dios Uno, el Único. Los musulmanes no adoran ídolos, estatuas ni representaciones de Dios. Los hindúes, por otro lado, adoran a muchos dioses y deidades.
Los musulmanes creen que cada uno de nosotros tiene una sola vida, según la cual seremos juzgados, y de acuerdo a ese juicio seremos premiados o castigados. En cambio, los hindúes creen en la rencarnación, el proceso del renacimiento y la transmigración de las almas. Estos dos temas fueron cubiertos en el artículo dos. En este artículo, hablaremos sobre el estatus de las mujeres en el hinduismo y lo compararemos con las enseñanzas del Islam.
Las mujeres en la India sufren una amplia gama de injusticias sociales, y el estatus de las mujeres generalmente es discutido a nivel nacional. Sin embargo, es importante notar que más del 80% de los indios son hindúes, y la mayoría de los comportamientos negativos hacia las mujeres pueden ser atribuidos a prácticas hindúes. Las mujeres indias están en el tope máximo de las estadísticas mundiales sobre la prostitución, el asesinato, el abandono y el abuso de las muchachas, así como en el número de mujeres vendidas como esclavas, de mujeres víctimas del SIDA y de las que viven por debajo del umbral de la pobreza.
El infanticidio, es decir, el asesinato de un niño poco después de su nacimiento, ha sido práctica frecuente en la India durante siglos. En 1834 se reportó que "en algunos pueblos no se encuentra ninguna niña, y en un total de otros treinta pueblos se encontraron 343 niños frente a 54 niñas". Ciento cincuenta años después, la matanza de niñas bebés se ha hecho más eficiente. En un artículo de 2007, Reuters reportó el nivel elevado de feticidio femenino (la práctica de abortar fetos de niñas) en la India. Según la UNICEF, "un reporte de Bombay en 1984 acerca de abortos después de la determinación del sexo del feto, afirmó que 7.999 de cada 8.000 de los fetos abortados eran de sexo femenino.
Reuters reportó también que "alrededor de 10 millones de niñas han sido asesinadas por sus padres en los últimos 20 años. El infanticidio y el feticidio femeninos, aunque ilegales, siguen siendo frecuentes, pues los niños tienen preferencia sobre las niñas". Una encuesta gubernamental de 2006 halló que el 45% de las niñas había contraído matrimonio antes de la edad legal de 18 años. La tasa de alfabetización de mujeres adultas en la India en el año 2004 era del 47.8%, en comparación con una tasa de hombres adultos del 73.4%. ¿Qué tiene el hinduismo que permite una discriminación tan evidente contra un género entero?
Algunos sostienen que las escrituras hindúes permiten tales prácticas. Una obsesión con los hijos varones proviene de la época de Atharva Veda cuando se escribió: "Deja que una niña nazca en cualquier otro lugar. Deja que un hijo nazca aquí". Sin embargo, los hindúes creen que toda vida es sagrada y debe ser amada y reverenciada, y por ello practican la ahimsa o no violencia. Si bien esto parece no tener mucho sentido, sí lo tiene si consideramos que el hinduismo es una mezcla de prácticas religiosas y culturales. La religión hindú pide que se lleven a cabo rituales en honor de mujeres, mientras que, al mismo tiempo, se les niegan a las mujeres toda forma de últimos derechos en la muerte, o una parte justa de la herencia familiar. En una carta a un periódico indio en 2002, una mujer trató de explicar el aumento del feticidio:
"En India, casar a una niña es muy costoso, mientras que los muchachos traen a casa una novia y una dote. La ley hindú también exige que solo un HIJO puede encender la pira fúnebre de su madre y de su padre. Todos sabemos que es muy costoso casar a una hija, mientras que en el matrimonio de un hijo retorna lo que haya sido gastado en él desde su nacimiento. Este es un hecho, y a menos que sea enfrentado, el feticidio femenino no podrá ser detenido".
Los niños son deseados, mientras que las niñas son despreciadas. En la Península Arábiga, antes de la llegada del Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) y del Islam, las niñas eran enterradas vivas. Esta era una práctica ignorante, y el Profeta Muhammad declaró sin reservas que las niñas son una bendición y que criarlas para que sean creyentes rectas es una fuente de muchas recompensas. En el Corán, Dios señala a aquellos que desprecian a sus hijas como malvados.
"Cuando se le anuncia a uno de ellos [el nacimiento de] una niña, se refleja en su rostro la aflicción y la angustia por lo que se le ha anunciado, se esconde de la gente avergonzado y duda si la dejará vivir a pesar de su deshonra o la enterrará viva. ¡Qué pésimo es lo que hacen!" (Corán 16:58-59)
Las tradiciones del Profeta Muhammad muestran con total claridad que criar hijas es una fuente de regocijo, tanto en esta vida como en el Más Allá. Su amada esposa Aisha relató historias que demuestran que las niñas bebés son deseables.
"Una señora acudió a mí (Aisha) sus dos hijas pidiéndome limosna, pero no encontró conmigo nada más que un dátil que le di, y ella lo dividió entre sus dos hijas, y no comió nada, luego se levantó y se fue. Entonces llegó el Profeta y le conté esta historia. Él dijo: "Quienquiera que críe a dos hijas y las trate generosamente (con benevolencia), esas hijas actuarán como un escudo contra el fuego del Infierno para esa persona"[2].
Siempre que nacía un niño entre ellos, Aisha no preguntaba si era niño o niña. En lugar de eso, preguntaba: "¿Está sano el bebé (y sin defecto)?" Si se le respondía "sí", ella decía: "Todas las alabanzas son para Al‑lah, Señor del universo".
Una dolencia social común entre los hindúes es la práctica del pago de una dote por parte de familia de la novia a la familia de su nuevo esposo. Aunque esta práctica fue prohibida en 1961, todavía se mantiene.
El Islam reconoce las dificultades y privaciones que las dotes causan, por lo tanto no tiene tal costumbre o requisito. En lugar de ello, el Islam tiene lo que se conoce como mahr. Es un regalo en dinero, posesiones o propiedades, hecho por el esposo para la esposa, que se convierte en propiedad exclusiva de ella. Es una admisión de su independencia, y es requerido para mostrar la voluntad del marido de cargar con todos los gastos necesarios de su esposa.
Como puede verse en estos dos ejemplos, el estatus de las mujeres en el Islam es muy diferente al estatus de las mujeres en el hinduismo. Mientras una religión –el hinduismo– asegura honrar a las mujeres, depende del gobierno secular indio el crear leyes que prohíban el trato atroz que el hinduismo permite. Por otro lado, el respeto hacia las mujeres está firmemente establecido en la ley islámica.
Pie de página:
[1] Con excepción de citas específicas, la mayor parte de la información sobre el hinduismo ha sido obtenida de los siguientes sitios web: www.bbc.co.uk/religion/religions/hinduism/ataglance/glance.shtml; www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/fields/2122.html; www.religioustolerance.org/hinduism4.htm; www.religiousconsultation.org; www.sanatana-dharma.tripod.com; www.religionfacts.com
[2] Sahih Al Bujari.