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Quiero ser musulmán, pero... Mitos acerca de convertirse al Islam (parte 1 de 3)
La creencia más fundamental en el Islam es que no existe dios (divinidad) verdadero excepto Al-lah. Él es el Uno, el Único, el Primero y el Último; no tiene socios, hijos, hijas ni intermediarios. Está solo en Su dominio y en Su omnipotencia. Es un concepto muy simple, y es simplemente la verdad. Sin embargo, la creencia pura en Dios puede ser abrumadora. A menudo nos sorprendemos cuando invocamos a Dios y Él nos responde de inmediato.
La religión del Islam incluye este concepto simple (que Dios es Uno) y lo envuelve en un paquete llamado sumisión. Islam significa “sumisión a la voluntad de Dios”. La palabra raíz de Islam (sa-la-ma) es la misma que comparte la palabra árabe que significa “paz” y “seguridad”. En esencia, la paz y la seguridad provienen de vivir la vida de acuerdo a la voluntad de Dios. Como un círculo, la vida siempre comienza y termina en el mismo lugar (no hay divinidad sino solo Al‑lah). Cuando nos sometemos a la voluntad de Dios somos musulmanes, y para demostrar nuestra sinceridad, testificamos que somos musulmanes diciendo, a solas o en compañía de otros musulmanes: “La ilaha il-la Al‑lah, Muhammad rasul Al‑lah” (no hay divinidad verdadera excepto Al‑lah, y Muhammad es Su mensajero).
Siempre que un ser humano experimenta y entiende la misericordia de Dios, Satanás se esfuerza por perjudicar a esa persona. Satanás no quiere que sintamos comodidad y misericordia, lo que quiere es que sintamos ansiedad y depresión. Él quiere que cometamos errores y pecados. Satanás ha perdido la esperanza de sentir el amor de Dios, y por ello quiere corromper a tantos seres humanos como pueda.
“Dijo [el Demonio]: Por haberme descarriado los acecharé para apartarlos de Tu sendero recto. Los abordaré por delante, por detrás, por la derecha y por la izquierda; encontrarás que la mayoría de ellos no serán agradecidos”. (Corán 7:16-17)
Siempre que una persona descubre la verdad y quiere hacerse musulmán, Satanás introduce la palabra “pero”. “Quiero ser musulmán… ¡PERO!” “Pero no estoy listo”. “Pero no sé hablar árabe”. “Pero soy blanco”. “Pero no sé mucho sobre Islam”. Dios nos advirtió contra Satanás y sus ardides astutos.
“¡Oh, hijos de Adán! Que no los seduzca el demonio”. (Corán 7:27)
“El demonio es para ustedes un enemigo, tómenlo como un enemigo”. (Corán 35:6)
Los susurros de Satanás tratan de impedir que nos convirtamos al Islam. Estas ideas no deben interponerse en el camino de una persona para conectarse o reconectarse con Dios, el Más Misericordioso. En este artículo y el siguiente, discutiremos algunos de los mitos más prominentes, los expondremos a escrutinio y veremos que Dios es verdaderamente el Más Misericordioso. Él hace que convertirse al Islam sea fácil, no difícil. ¡Sin peros!
1. Quiero ser musulmán(a), pero no quiero cambiarme el nombre.
Una persona que abraza el Islam no está obligada a cambiar su nombre. El Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo que todos tenemos derecho a un buen nombre, un nombre que tenga significado o carácter. Para la gran mayoría de la gente, esto no es un problema. Sin embargo, si descubres que tu nombre tiene un mal significado o está asociado con pecadores o tiranos, es mejor cambiarlo a uno más aceptable. Si el nombre de una persona es el nombre de un ídolo o refleja sumisión a alguien o algo distinto de Dios, entonces debe cambiarlo. Recuerda, sin embargo, que el Islam es fácil. Si cambiarte el nombre oficialmente te causará dificultades, angustia o perjuicio, será suficiente con cambiarlo solo entre tus amigos y familiares.
2. Quiero ser musulmán, pero no sé árabe.
La religión del Islam fue revelada para todos los pueblos, en todos los lugares y todas las épocas. No es una religión exclusiva para árabes ni para araboparlantes. De hecho, la mayoría de los 1.500 millones de musulmanes del mundo no son árabes. Una persona puede ser musulmana sin saber una sola palabra de árabe, esto no afecta su habilidad para aceptar el Islam. Sin embargo, el idioma del Corán es el árabe y las oraciones diarias se realizan en árabe, de modo que si bien no es necesario aprender el idioma, después de la conversión será necesario aprender algunas palabras en árabe.
Si una persona no está en capacidad de aprender suficiente árabe para realizar sus oraciones debido a un defecto del habla o porque no es capaz de pronunciar el árabe, debe hacer lo mejor que pueda. Si aprender al menos algo de árabe no le es posible, entonces está exento de tal obligación, pues Dios no le exige a la gente más de lo que pueden cargar. Sin embargo, Dios también dice que él ha hecho fácil el aprendizaje del Corán; por lo tanto, es obligatorio que una persona haga su mayor esfuerzo.
“Dios no exige a nadie por encima de sus posibilidades”. (Corán 2:286)
“He hecho el Corán fácil de comprender y memorizar”. (Corán 54:17)
Un hombre fue con el Profeta y le dijo: “¡Oh, Mensajero de Dios!, enséñame algo del Corán que sea suficiente para mí, pues no puedo leer”. Él le dijo: “Di: Subhan-Al-lah wa alhamdu lil-lah wa laa ilaha il-la Al-lah wa Al-lahu akbar wa laa hawla wa la quwwata il-la bil-lah (Glorificado y alabado sea Dios, no existe divinidad excepto Al‑lah, y Dios es el Más Grande, y no hay fuerza ni poder sino solo en Dios)”[1].
Ingresar al Islam es fácil. Es un proceso simple, libre de complicaciones. En la segunda parte, discutiremos sobre la circuncisión, el hecho de que el Islam no tiene restricciones étnicas ni raciales, y sobre hacerse musulmán sin saber mucho acerca del Islam.