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El Estilo de Vida del Profeta(saaw)

Auther : Dr. Adel ibn ‘Ali al-Shiddy
1845 2012/11/27 2024/11/25

El Profeta  conocía la realidad de este mundo, su brevedad y su naturaleza temporal. Por lo tanto vivió en él no en riqueza sino como una persona humilde, soportando el hambre algunos días y comiendo otros con gratitud.

El Profeta  le dejó claro a su Ummah sobre los peligros de las tentaciones mundanas y encontrarse sumergidos en sus deseos y sus placeres. Dijo:

“El mundo es bello y verde, pero Alá les ha dado responsabilidad en este sentido y observa lo que ustedes hacen. Tengan cuidado del mundo y sean precavidos con la mujer porque la primera tentación de los hijos de Israel fueron las mujeres.” (Muslim) 

Y el Profeta  sabía que este mundo es un paraíso solo para aquellos que no tienen parte en el Paraíso eterno, y solía decir:

“Oh Alá, no hay vida (perfecta) sino la vida del Más Allá.” (Al-Bujari y Muslim)

Por lo tanto, el Más Allá era su mayor preocupación, por eso él desocupaba su corazón de las preocupaciones de este mundo. Y a pesar de que las cosas mundanas eventualmente le llegaban en abundancia, él se desasociaba de ellas, diciendo: “¿Qué necesito yo de este mundo? Es como la sombra de un árbol en la que un viajero duerme a mediodía; luego se va y la deja.” (At-Tirmidhi, quien lo graduó como hasan-sahih).

`Amr ibn al-Hariz , el hermano de Yuwayriah, esposa del Profeta, dijo: “El Mensajero de Alá  no dejó a su muerte un sola moneda de oro o plata, ni dejó esclavos o posesiones en absoluto excepto una mula blanca que él solía montar, su arma y un pedazo de tierra que había dejado como caridad para que fuera usada por los viajeros.” (Al-Bujari)

Esto es lo que el mejor de toda la creación  dejó en herencia. Él  se rehusó a ser un Mensajero que fuera rey y prefirió ser un Mensajero que fuera un servidor. Abu Hurairah narró que el ángel Gabriel se sentó frente al Profeta , y miró hacia el cielo y  vio a un ángel que descendía. Gabriel le dijo: “Este ángel no ha descendido desde que fue creado antes de ahora.” Cuando descendió le dijo: “Oh Muhámmad, tu Señor me ha enviado a ti. ¿Debo hacerte un rey y Mensajero o un servidor y Mensajero?” Gabriel le aconsejó: “Se humilde con tu Señor, Oh Muhámmad.” Entonces el Mensajero de Alá  dijo: “Un servidor y Mensajero.” (Ibn Hibban – graduado como sahih por al-Albani)

De esta forma, la vida del Profeta  estuvo basada en la modestia y la indiferencia hacia el mundo. `A’ishah narró: El Mensajero de Alá  murió en mi casa en donde no había nada de carne y nada para que él comiera excepto algo de cebada en mi estante de la que yo había comido por un largo periodo. Luego me la comí y esta se acabó.” (Al-Bujari y Muslim)

`Umar ibn al-Jattab  habló acerca de lo que la gente había adquirido en este mundo y luego dijo: “Yo vi al Mensajero de Alá  doblarse [con hambre], sin incluso encontrar los dátiles de la peor calidad para llenar su estómago.” (Muslim)

Anas  narró que el Mensajero de Alá  dijo: “Yo he sido asustado en la causa de Alá como ningún otro lo ha sido, y he sido lastimado en la causa de Alá como ningún otro lo ha sido, y hemos pasado treinta días con Bilal  cuando no teníamos nada que comer excepto lo que Bilal podía esconder debajo de su axila.”  (At-Tirmidhi, quien lo graduó como hasan-sahih)

Ibn `Abbas  narró: “El Mensajero de Alá  pasaba varias noches consecutivas con su familia sin encontrar nada para comer, y la mayoría de su pan era de cebada.”  (At-Tirmidhi, quien lo graduó como hasan-sahih)

Anas  le dijo: “El Profeta  nunca comió en una mesa hasta que murió, y nunca comió rebanadas de pan hasta que murió.”

Solía sentarse en una estera de paja y dormir en ella. `Umar ibn al-Jattab  narró: “Yo fui donde el Mensajero de Alá  y él estaba acostado en una estera. El vestía una tela en la cintura y nada más, por lo que la estera le dejaba marcas en el costado. Y yo noté un manojo de cebada y algunas lentejas en una esquina de la habitación y una piel con agua colgada. Mis ojos se llenaron de lágrimas. Él me dijo: ‘¿Qué te hace llorar, Ibn al-Jattab?’ Le respondí: ‘Oh Profeta de Alá, ¿cómo no he de llorar cuando esta estera ha marcado tu costado y yo no veo en tu despensa excepto lo que veo? Cosroes y César vivieron entre jardines de frutas y ríos mientras tu eres el  Profeta  de Alá y su Elegido, ¿y esta es tu provisión?’ El Profeta  me dijo: ‘Oh Ibn al-Jattab, ¿acaso no estas complacido de que tenemos el Más Allá y ellos tienen el mundo?’” (Ibn Mayah – graduado como sahih por al-Mundhiri)

 

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