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La Justicia del Profeta
El Islam trajo justicia completa, como está establecido en el Corán: “Alá ordena ser equitativo, hacer el bien y ayudar a los parientes cercanos. Y prohíbe la obscenidad, lo censurable y la opresión. Así os exhorta para que reflexionéis.” (16:90) “¡Oh, creyentes! Sed firmes con [los preceptos de] Alá, dad testimonio con equidad, y que el rencor no os conduzca a obrar injustamente. Sed justos, porque de esta forma estaréis más cerca de ser piadosos. Y temed a Alá; Alá está bien informado de lo que hacéis.” (5:8)
Entre las expresiones de la justicia del Profeta se encuentra cuando una influyente mujer de la tribu Bani Majzúm cometió un robó, la tribu de Quraish estaba preocupada con el asunto y deseaba interceder ante el Profeta para prevenir que se le aplique el castigo legal correspondiente a ese crimen. Ellos dijeron: “¿Quién hablará con el Mensajero de Alá por ella?” Alguien dijo: “¿Y quién más se atreverá sino Usamah ibn Zayd, quien es amado por el Mensajero de Alá?” Entonces lo llevaron ante el Mensajero de Alá y Usamah le habló. La cara del Mensajero se enrrojeció [de enojo] y dijo:
“¡¿Interferirías tú con uno de los castigos legales revelados por Alá?!”
Usamah dijo: “Pide perdón por mi, Oh Mensajero de Alá.”
Esa tarde el Mensajero de Alá se paró en el púlpito y habló. Alabó a Alá como Él debe ser exaltado y luego dijo:
“Aquellos que nos precedieron fueron destruidos porque cuando una persona de alta sociedad robaba, ellos la dejan, pero cuando una persona humilde robaba ellos le aplicaban el castigo. Por Aquel en cuya mano está mi alma, si Fátima, la hija de Muhámmad, hubiera robado yo le hubiera cortado la mano.” (Al-Bujari y Muslim)
Tal era la justicia del Profeta , quien no distinguía entre una persona de clase alta o baja, entre los ricos y los pobres o entre el gobernante y los gobernados, pues todos son iguales en el equilibrio del derecho y la justicia.
Otro ejemplo es la siguiente narración. An-Nu`man ibn Bashir narró: “Mi padre me dio un regalo, pero [mi madre] `Amrah bint Rawahah, dijo: ‘Yo no estaré de acuerdo hasta que el Mensajero de Alá sea testigo’. Entonces [mi padre] fue donde el Mensajero de Alá y le dijo: ‘Yo le he dado a mi hijo de `Amrah bint Rawahah un regalo y ella me dijo que te haga testigo’. Él preguntó:
‘¿Le has dado a todos tus hijos algo similar?’
Él respondió: ‘No.’
Le dijo:
‘Entonces teme a Alá y actúa con justicia con tus hijos.’
Entonces, retornó y tomó de vuelta el regalo.” (Al-Bujari y Muslim)
En otra narración el Profeta dijo:
“¿Tienes tú otros hijos aparte de él?” El padre dijo: “Si.” Le dijo: “¿Le has dado a ellos lo mismo que a él?” Él dijo: “No.” Entonces el Profeta dijo: “Yo no seré testigo de algo injusto”. (Al-Bujari y Muslim)
Dhul-Juwaysirah at-Tamimi se aproximó mientras el Profeta estaba dividiendo algunas propiedades. Él dijo: “Oh Mensajero de Alá, sé justo.” El Profeta dijo:
“¡Que la desgracia caiga sobre tí! ¿Quién será justo si yo no soy justo? Yo habría sido abandonado y derrotado si no fuera justo.” (Al-Bujari y Muslim) Pues él es aquel que Alá escogió y confió Su revelación, entonces ¿cómo puede no ser justo, y cómo puede no ser imparcial? Y él es quien dijo:
“Los equitativos estarán cerca de Alá sobre pedestales de luz, aquellos que son justos en sus juicios y con su gente y en aquello de los cual son responsables.” (Muslim)
En lo relativo a la justicia con sus esposas, el Pro-feta solía ser tan justo como fuera posible en lo que tiene que ver con el tiempo que pasaba con ellas, los gastos, etc., y las trataba con igualdad ya fuera en su hogar como cuando estaba de viaje. Él solía pasar una noche con cada una y distribuía con igualdad lo que poseía. Construyó una casa para cada una, y cuando viajaba sorteaba entre ellas y llevaba consigo a aquella cuyo nombre hubiera salido. Él nunca fue negligente con ellas, incluso durante su enfermedad final cuando fue llevado ante sus esposas en turnos. Pero cuando se volvió muy difícil para él, y ellas sabían que quería quedarse en casa de `A’ishah, ellas le permitieron ser cuidado en la casa de ella, entonces permaneció allí hasta que murió. Y a pesar de su completa justicia con ellas, se disculpaba con Alá y decía:
“Oh Alá, esta es mi distribución en lo que yo controlo, entonces no me culpes por lo que Tu controlas y yo no controlo.” (Abu Dawud y at-Tirmidhi)
El Profeta advirtió en contra de mostrar favoritismo a una esposa sobre la otra, dijo:
“Quien tenga dos esposas y muestre favoritismo hacia una de ellas vendrá en el Día de la Resurrección con la mitad de su cuerpo gacho.” (Muslim)