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El Establecimiento de una Nación
Cuando el Profeta r entró en Medina, su gente le dio la bienvenida con alegría y cordialidad. No hubo una casa por la que él pasara en la que su dueño no sostuviera la cuerda de su camello y le pidiera que se quedara con él. Pero él se disculpaba con cada uno de ellos y les decía: “Déjenla que camine, pues ella está comandada [por Alá].” La camella siguió caminando hasta que llegó a un lugar en donde se sentó. Luego se levantó y siguió adelante un poco, pero volvió al primer sitio y se sentó de nuevo. El Profeta ﷺ desmontó en la tierra de sus tíos maternos, Bani an-Nayyar. Él preguntó: “¿Cuál de las casas de nuestra familia está más cerca?” Abu Ayyub dijo: “La mía, Oh Mensajero de Alá”. Entonces el Profeta r se quedó con Abu Ayyub al-Ansari t.
La primera cosa que el Mensajero de Alá ﷺ hizo luego de llegar a Medina fue construir su mezquita en el lugar en donde la camella se había detenido. La tierra era propiedad de dos niños huérfanos y él ﷺ se la compró. El Profeta r tomó parte en la construcción él mismo y luego construyó las habitaciones de sus esposas junto a la mezquita. Cuando las habitaciones estaban listas él se marchó de la casa de Abu Ayyubt y se mudó allí, y estableció el Adhaan para reunir a la gente en el tiempo de la oración.
El Profeta ﷺ estableció un lazo de hermandad entre los Muhayirin (aquellos que habían emigrado desde La Meca) y los Ansar. Ellos eran noventa hombres, mitad de los Muhayirin y mitad de los Ansar. La hermandad incluía el apoyo mutuo y que ellos heredarían los unos a los otros en lugar de sus familiares. Esto duró hasta la batalla de Badr, cuando Alá U reveló el siguiente versículo:
“Según el Libro de Alá [el Corán] los parientes son quienes tienen derecho a la herencia, algunos en mayor proporción que otros”
(33:6)
Entonces, la herencia fue restaurada a los familiares musulmanes y no fue más para el hermano adoptado.
El Mensajero de Alá r hizo la paz con los judíos de Medina y acordaron un pacto entre las partes. El Rabino, `Abdullah ibn Salam t, entró al Islam pero la mayoría de los judíos permanecieron sin creer.
El Profeta r coordinó relaciones entre los Muhayirin, los Ansar y los judíos. Algunos de los libros de sirah (biografía) mencionaban las condiciones estipuladas en el documento, algunas de las cuales era:
Los creyentes de entre los Muhayirin y los Ansar son una comunidad.
Los creyentes no deben dejar a nadie desamparado entre ellos, sino que deben ayudarlo de acuerdo a lo que es aceptable.
Los creyentes correctos deben levantarse en contra de cualquiera entre ellos que oprima o busca difundir la injusticia, el pecado, la agresión o la corrupción entre los creyentes. Ellos deberán levantarse en contra de él incluso si él es el hijo de uno de ellos.
Un creyente no deberá matar a un creyente en venganza por un no creyente, ni deberá él ayudar a un no creyente en contra de un creyente.
La protección dada en el nombre de Alá U debe ser respetada por todos. Los musulmanes más humildes pueden conceder protección a alguien de parte de todos. Los creyentes son protectores unos de los otros.
Los judíos que nos sigan tendrán apoyo e igualdad. Ellos no deberán ser dañados ni sus enemigos ayudados.
Los esfuerzos de paz para los creyentes deben ser como uno. Ningún acuerdo de paz deberá ser hecho por los creyentes cuando otros están luchando en la causa de Alá I excepto cuando los incluya a todos.
Cuando quiera que difieran en sus asuntos, el conflicto debe ser referido a Alá U y a Muhámmad ﷺ.
Los Judíos de Bani `Auf son una comunidad con los creyentes. Los judíos tienen su religión y los musulmanes tienen la de ellos. Y sus hombres libertos y sus personas tienen garantías excepto aquellos que se hacen daño a sí mismo y pecan, pues ellos sólo se dañan a sí mismo y a los miembros de su hogar.
Los aliados de los judíos son como ellos mismos. Ninguno de ellos deberá ir a la guerra excepto con permiso de Muhámmad ﷺ.
Quien esté bajo protección deberá estar [tan seguro] como su protector, no haciéndole ningún daño ni cometiendo ningún pecado.
La seguridad y la protección no deberá ser concedida a menos que sea por conceso de su gente.
Estas son algunas de las cláusulas del pacto que estableció los fundamentos de la convivencia pacífica entre los grupos que vivían en Medina y que definieron el concepto de la Ummah islámica, la cual incluye a todos los musulmanes, y el estado musulmán, el cual era entonces la ciudad de Medina. Este estipulaba que la más alta autoridad es Alá U y Su Mensajero r, especialmente en casos de desacuerdo y disputa. Este documento también garantizaba la libertad de creencia y culto así como el derecho de cada individuo a la seguridad. Y confirmaba el principio de igualdad y justicia para toda la gente.
Quien contemple las clausulas de este pacto encontrará en ellas muchos de los principios por los cuales los defensores de los derechos humanos claman en la actualidad. El Profeta ﷺ fue el primero en delinear estos derechos y en sistematizarlos de acuerdo con la legislación de Alá I como está establecido en el Corán y en la Sunnah. Este sistema justo de derechos humanos practicó lo que organizaciones internacionales pregonan, mientras que muchos países donde tienen base dichas organizaciones representan la opresión, la injusticia, la violación de la dignidad humana y la parcialidad hacia ciertos grupos a expensas de otros.