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Los incrédulos de La Meca
El pueblo de la Meca adoraba a unos ídolos de piedra sin Dios, el Altísimo. Cuando Abraha Al Ashram intentó destruir la Ka'ba y se dirigió hacia La Meca con su ejército provisto de algunos elefantes, el pueblo de La Meca no era capaz de resistirse contra él. Pero Dios les envió sus milicias con pájaros que los atacaron por todos los costados en olas sucesivas, arrojándoles piedras del infierno, reduciéndolos a heno deteriorado, viendo que sus pieles se estaban cayendo para castigarlos y avergonzarles en esta vida, además del castigo que recibirán en la otra vida. Este acontecimiento ocurrió el mismo día que nació Muhammad.
Dios no quiso que Muhammad creciera como un siervo cautivo en manos de Abraha y su ejército, eso podría pasar si Abraha hubiera podido destruir la Ka'ba y luego capturar a todo el pueblo de La Meca. ¿Pero cómo lo iba a lograr mientras Dios es el mejor custodio y el más grande Socorredor?
La bendición del Profeta Muhammad salvó a todo el pueblo de La Meca del ejército de Abraha y de caer cautivos, aunque eran adoradores de ídolos.